viernes, 26 de marzo de 2010

Garzón en la encrucijada


La independencia de criterio es un valor muy escaso en estos tiempos de disciplina de partido y corrección política. En cambio, la cobardía y la ocultación están en alza. Por eso, cuando un hombre (o una mujer) son capaces de hacer gala de la primera para atacar a la segunda y la tercera, sólo ganan enemigos. A veces muy poderosos pues, tanto la cima del poder como sus aledaños, suelen estar poblados de personas para las que el valor de los demás, o más bien la ausencia de miedo son, cuando menos, un problema.
Baltasar Garzón se ha ganado, a lo largo de su carrera judicial, numerosos enemigos. A menudo se acusa al juez Garzón, sobre todo en esta etapa en la que tantos casos de corrupción se están destapando, de connivencia con el poder. Sin embargo, habría que recordar que fue este el magistrado que investigó los GAL, lo que le creó numerosos problemas con el gobierno de Felipe González. También ha sido él quien más empeño ha puesto, desde el estamento judicial, en la lucha contra el terrorismo, o al menos esa es la idea, la imagen, que llega a la sociedad. Además, su carrera está jalonada de numerosos éxitos, y no sólo a nivel nacional. Fue él quien se atrevió a encausar a Pinochet y a algunos militares argentinos acusados de detenciones ilegales, torturas y desapariciones durante la dictadura de su país. Esas acciones le valieron a Garzón el reconocimiento de la comunidad internacional.
Por eso sorprende que, cuando el juez sigue el camino lógico que, además, se le había reclamado desde algunos foros, es decir, cuando Garzón decide investigar los crímenes cometidos durante la dictadura en su propio país, el aplauso se vuelve mirada suspicaz, la admiración se convierte en recelo y comenzamos a buscar la manera de evitar que se reabran las heridas (heridas que a unos duelen más que a otros, todo hay que decirlo). Y claro, se busca la manera de atacar nuevamente a este juez. Se le denuncia por prevaricación al declararse competente para investigar los crímenes del franquismo. Y entonces saltan los que estaban agazapados esperando el momento porque ese momento ha llegado.
Yo no sé si Garzón ha estado o está metido en asuntos sucios (y quién puede decir con la cabeza alta que tiene las manos completamente limpias). Pero pienso que estamos asistiendo a una persecución cuyo último episodio por el momento ha sido la desestimación del recurso presentado por el acusado, lo que en la práctica supone despejar el camino para acabar con la carrera de Garzón. Podría enfrentarse a una pena de entre 12 y 20 años de inhabilitación. Es triste vivir en un país que no cuida a sus hombres valientes.

Foto: diario ABC

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