martes, 23 de marzo de 2010

Espe ataca de nuevo


Esta vez nos ha tocado a los andaluces. Esperanza Aguirre, también conocida como “la lideresa”, ha tenido a bien incluir una perla sobre Andalucía en el ya largo rosario de despropósitos que va sembrando prácticamente cada vez que habla. Dice que el gobierno no hace más que dar a los andaluces “pitas, pitas, pitas. Y esto la gente del campo sabe de lo que hablo”, ha concluido sus declaraciones realizando además un alarde gramatical de mucho empaque.
No es la primera vez que un dirigente del Partido Popular se refiere a los andaluces con descalificaciones. Tampoco es la primera vez en la cuenta particular de Espe (así, con confianza, es tan entrañable). Subsidiados y vagos, creo que nos llamó en alguna ocasión.
Pero lo sorprendente no es que algunos dirigentes del Partido Popular hablen así de los andaluces. Tampoco lo es que lo haga Espe, que tiene en su haber frases ya míticas como la reciente “Nos hemos quitado de en medio a un hijoputa” o una un poco más antigua, cuando era ministra de cultura y felicitó a “la señora Sara Mago” por su premio Nobel de Literatura, o cuando demostró su carácter aguerrido y valiente al salir pitando de aquel hotel de Bombay para deleitarnos aquí con el relato de sus experiencias, rubricado con un rotundo “No descansaré hasta que todos estén en casa”, refiriéndose a los miembros de la delegación española que ella encabezaba. Por no hablar de cuando nos abrumó con sus problemas económicos al asegurar que no llegaba a fin de mes.
No, nada de eso sorprende. Lo que sí sorprende es que personas que aspiran a gobernar este país se refieran a los habitantes de algunas comunidades autónomas haciendo gala de su supina ignorancia y su escaso calado intelectual, recurriendo a tópicos más propios de una película de aquellas de Paco Martínez Soria que de los tiempos que vivimos. Lo que sí sorprende es que estas mismas personas que dicen desvivirse por España no levanten un dedo para intentar que el país salga de la crisis que está llevando a mucha gente, no ya a llegar ajustados a fin de mes, sino a estarlo desde el día uno, simplemente porque necesitan esta crisis económica para mantener ciertas aspiraciones de ganar unas elecciones que de otro modo volverían a escaparse. Lo que sí sorprende es que nadie en ese partido sea capaz de callarle la boca a Espe. Y lo más sorprendente de todo es que ella siga engordando su cuenta de sandeces y eso todavía no le haya pasado factura.

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